jueves, 4 de marzo de 2010

La ira - 4º Parte

Lestat, Lestat, creo que eres el único que me comprende y sabe que ahora no puedo estar sola. ¿Qué haría yo sin ti? Le dije mientras lo cogía y lo apretaba contra mí.

Cerré los ojos. Coches, atasco, tráfico. Yo me encuentro en el interior del coche. A mi lado, Kaleb.

Abrí los ojos, suspiré.

-Lestat, ¿qué hago? Quiero olvidarlo todo, quiero desaparecer, dormir.

Volví a cerrar los ojos. Llaves introduciéndose en la cerradura de una puerta que había visto muchas veces antes. Entro en la casa, siento calma y serenidad. Kaleb me acompaña y me invita a sentarme. Quiere escucharme quiere que confíe en él.

-¿Echarán algo bueno en la tele? Le dije a mi felino.

-Vamos a verlo, quizá así me despeje.

Lo cogí en mis brazos y me dirigí al salón. Allí me senté y encendí la tele. Estuve haciendo zapping durante un tiempo, pero pronto me cansé y solté el mando bruscamente. Estaba inquieta no quería volver a evadirme en los recuerdos…>>

-Aquí hablaremos más tranquilamente. Me dijo mientras se sentaba a mi lado en el sofá.

Yo no hablaba, no me movía, parecía un espectro, sin sentimientos.

-Brisy, no puedo soportar verte así, sin decirme nada. Por favor háblame, yo te escucharé.

Lo miré a los ojos muy fijamente.

-Aún te quiero, Kaleb, no quiero sentirlo, pero es así, y es algo que me quema por dentro. Debería seguir odiándote, debería de seguir odiándola, pero no puedo, necesito estar contigo.

-Me cuesta mucho decírtelo, pero no siento lo mismo por ti, lo nuestro no funcionó. Me dijo cogiéndome por los hombros para tranquilizarme.

No dije nada, cerré el puño y golpeé el sofá con rabia. Lo miré con todo el rencor que podía mostrar.

-Lo sé, y te juro que te odio por ello. Respondí…>>

Suspiré, no había manera de dejar de recordar, tenía mucho calor, necesitaba aire fresco. Me incorporé y subí las escaleras hasta la terraza. Salí, pronto el agua me empapó por completo, no me importaba; es más, era lo único que aliviaba mi mal estar. Me acurruqué en una esquina y me abracé las rodillas…>>

Él y yo estábamos en su habitación, todo estaba rodeado de dibujos manga, adoraba el manga, aquello era excitante. Me empujó hacia la cama, lo miré expectante. Se sentó encima de mí. ¿Era aquello lo que de verdad quería? Me pregunté. La verdad ya no importaba. Lo besé fuertemente y acerqué su torso desnudo al mío…>>

Seguía empapada, cada vez llovía con más ímpetu. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. De pronto alcé la vista y la contemplé, la Luna había salido por fin. Sonreí, verla hizo que me emocionara, su blancura, su perfección hizo que una lagrima callera por mi cara y se perdiera entre el resto de las gotas…>>

Los dos bocarriba contemplamos el vacío, nada en concreto. Estuve un rato así, hasta que pude darme cuenta de que él se había dormido. Lo miré, que dulce era cuando dormía, lo acaricié.

-Si, lo tengo que hacer, no puedo soportarlo. Pensé.

Me giré bruscamente y alargué mi mano hasta encontrar el objeto deseado. Desenfundé lentamente el puñal para no hacer ruido.

-Tengo que hacerlo no hay otra salida, ya no puedo hacer nada. Volví a pensar.

De un movimiento me coloqué encima suya…>>

0 comentarios:

Publicar un comentario

Que te parece el post?